Definiremos el concurso de acreedores al procedimiento jurídico que tiene como objetivo principal, solucionar los problemas de insolvencia y falta de liquidez de una empresa.
Es importante aclarar que el concurso de acreedores no solamente se aplica en empresas, sino que también puede ser aplicado a una persona física, aunque, por norma general, la amplia mayoría de concursos de acreedores son de empresas.
¿Cuándo debe solicitarse el concurso de acreedores?
Por norma general, es aconsejable solicitar el concurso de acreedores cuando no es posible seguir con las obligaciones crediticias.
En esencia, en el caso que una empresa o persona física se encuentre en una situación de futura quiebra, es recomendable la solicitud de este concurso.
Las principales ventajas del concurso de acreedores, es que se podrá seguir realizando la actividad empresarial y, además, los acreedores irán recuperando las deudas de forma progresiva.
Tipos de solicitud del concurso de acreedores
Por otra parte, es importante aclarar que existen diversos tipos de solicitud del concurso de acreedores.
Uno de estos tipos es conocido como solicitud voluntaria y, como su propio nombre indica, es realizada voluntariamente por la persona física o por el responsable de la sociedad.
Una de las particularidades de la solicitud voluntaria, es la obligación de presentar la solicitud en un plazo máximo de dos meses y es que, en caso contrario, podrían existir dudas acerca de las intenciones ilícitas del solicitante.
En cambio, hablaríamos de una solicitud forzosa, en caso de que el concurso de acreedores sea requerido por parte de un acreedor o de alguno de los socios de una empresa, siendo necesario aclarar que será un juez que tendrá que aprobar si se lleva a cabo el concurso de acreedores.
Fases del concurso de acreedores
De igual modo que sucede con cualquier procedimiento legal, un concurso de acreedores es un proceso que cuenta con distintas fases.
La primera de ellas, conocida como actos precios, son aquellas acciones que se realizan antes de la admisión a trámite de concurso a través de un auto judicial.
La fase común comprende desde el auto de admisión a trámite hasta que tiene lugar la entrega del informe concursal.
Uno de los aspectos para tener en cuenta en esta fase, es que se paralizan las ejecuciones, así como también se prohíbe la venta de patrimonio a instancia de un solo acreedor.
Hay que hablar de la fase de resolución como otra de las fases que encontramos en un concurso de acreedores y que, en esencia, contempla dos escenarios; el convenio o la liquidación.
Aunque es cierto que la opción de la liquidación es la menos aconsejable, es preferible optar por esta decisión a la hora de eliminar las deudas contraídas.
En último lugar, se determinará la responsabilidad, siendo este un proceso que solamente se desarrollará cuando la aprobación del convenio sea muy costosa, en caso de que tenga lugar una apertura de la liquidación o debido a un incumplimiento del convenio pactado.
En conclusión, a través de este artículo hemos conocido las principales características de un concurso de acreedores.